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SEPTIEMBRE 17, 2018 POR: Columnista Invitado EDICIÓN No. 22

Nudismo y masaje.

FOTO: Simón Aldesnudo

POR: SIMON ALDESNUDO 

La palabra Masaje viene del francés Massage, que se deriva del verbo Masser, que significa amasar. Algunas personas relacionan masaje con la palabra manos, pero esto etimológicamente es erróneo. Por ello, un masaje puede hacerse además que con las manos, con otras partes del cuerpo, e incluso con elementos diferentes a nuestro cuerpo como herramientas, máquinas o también objetos elaborados para otras cosas, pero que podemos adaptar para hacer un masaje.

Desde el origen de la humanidad, se reconoció que amasar alguna parte del cuerpo generaba diferentes beneficios, desde el alivio a ciertas partes cansadas, pasando por el tratamiento de enfermedades, la recuperación de músculos o articulaciones averiadas por un golpe o accidente, hasta la mejoría en el estado de ánimo frente a situaciones adversas a nivel emocional leve o traumático, y por supuesto, llegando en ocasiones al estímulo de las zonas erógenas en el camino al erotismo y la búsqueda de placer sexual. De allí las motivaciones que nos invitan al masaje y a la búsqueda de sus beneficios posteriores comprobados.

Encontramos el desarrollo de una infinidad de diferentes técnicas del masaje, entre muchas de ellas; la presión, el amasamiento, la circunducción, la torsión y el estiramiento, las cuales tienen beneficios que inicialmente se evidencian en el plano físico, pues estimulan reacciones en los distintos tejidos del cuerpo, pero es importante entender que ellas también pueden producir efectos más profundos en los planos, emocional, erótico, espiritual y hasta religioso.

Existen entonces masajes terapéuticos, médicos, recuperadores, deportivos, recreativos, eróticos, sexuales, profundos, energéticos, curativos, amorosos, comunicativos, artísticos, prostituidos y sadomasoquistas, entre muchos otros; todos coinciden en ser un medio de comunicación de los individuos a través de la piel.

“Comunicación a través de la piel”, es precisamente el nombre del taller de masaje para parejas que periódicamente hacemos en el grupo Nudismo Colombia, donde las personas encuentran ese espacio, ese tiempo, esa disposición que no se dan probablemente en sus vidas cotidianas, para sentirse, tocarse, consentirse, fundirse y comunicarse más allá de las palabras, los gestos, los sonidos y las formas convencionales, para darse la oportunidad de encontrarse en el mundo del contacto, para entender todas las cosas que pueden llegar a pasar al tocarnos.

La lógica misma del masaje nos lleva al nudismo, pues es el contacto directo el que nos facilita recibir los beneficios del masaje, además de ser más cómodo hacerlo sin ropa (aunque muchos intentan hacerlo vestidos). La desnudez no sólo permite entrar más fácil en contacto con la zona a masajear, sino que en sí misma representa una comodidad y una libertad que nos encamina en el estado de relajación que es requisito fundamental para recibir todos los beneficios del masaje.

Pero para quienes solo pueden relacionar desnudo con sexo, déjenme contarles que no todo es sexo en la vida, hay mucho más. El primer paso del placer es la comunicación; mucho antes de ser la piel un elemento erótico, es lo que nos cubre y nos protege del entorno, pero mucho más aún, es el órgano más grande del cuerpo y por ello nos permite una amplia relación con nuestro entorno. Es por ello que para el desarrollo psicomotriz se recomienda en los bebés y en general, al ser humano en formación, que se exponga al máximo contacto con su entorno, es decir, que permanezca lo más desnudo posible la mayor cantidad de tiempo.

El primer masaje recomendado, sin duda, es el masaje a los bebés. Los padres tienen una excelente oportunidad para comunicarse con su hijo a través de, ojalá frecuentes sesiones de masaje, que además de ayudar a reconocer y sentir las diferentes partes del cuerpo, permiten al bebé experimentar a través de este tierno acto una forma más de recibir cariño y atención de sus seres queridos.

El tipo de masaje recomendado para comenzar, es sin duda, el masaje de relajación. Incluso en el tantra, yoga de la sexualidad, antes del erotismo, la excitación, el clímax, mucho antes, se requiere conocerse, sentirse tranquilo frente al otro, sentirse próximo, en confianza, consentido y admirado. Sólo en un estado máximo de relajación frente a la pareja se puede encaminar un encuentro hacia una experiencia muy placentera y gratificante; mucho antes de buscar excitarnos, atragantarnos de deseo, debemos encontrar la tranquilidad que nos deje percibir todos los estímulos que comprende el placer, que suelen ser muchos más que los que normalmente disfrutamos.

El masaje de relajación nos conecta, nos permite conocernos, reconocernos, encontrarnos en un mismo plano, bajar la guardia, ponernos vulnerables frente al otro mostrando confianza, nos deja abierto el camino hacia la compenetración como personas más allá de dudas, desconfianza, inseguridades, complejos y prejuicios. Por ello, este taller de masaje es apto para todo tipo de relación, tanto para parejas de novios o esposos que empiecen un camino hacia una sexualidad más placentera, como para otro tipo de parejas que quieran lograr una mejor comunicación entre sí y busquen una oportunidad de hacer del cariño y los sentimientos mutuos una acción real, sin que tenga que ser un ambiente con connotación sexual.

En los talleres nudistas de masaje, en el tema de masaje de relajación para parejas, hemos tenido parejas conformadas por amigos, hermanos, padre e hija, compañeros de estudio e innumerables tipos de relaciones además de las parejas de novios y esposos que nos acompañan. Darse la oportunidad de aprender técnicas básicas de masaje puede ser académicamente aprovechable para luego ir a casa a ponerlo en práctica con otra persona sin importar el tipo de relación con ella, y también puede ser el camino de algunos para mejorar sus relaciones de pareja. No se pierdan el próximo.

El masaje tiene, como todo, una lógica y un orden; no es bien recibida por el cuerpo una presión o estrujo de repente y sin algún sentido, debe tener un propósito y un método. El primer paso de un masaje es el entendimiento, mucho antes de tocarse, hay que hablar y estar de acuerdo en qué se busca y cómo se va a hacer, generar un ambiente agradable y acorde con los objetivos que busco, la superficie que usaré, la luz, lo que deseo ver, el orden, lo que deseo escuchar, los olores que percibo y todo el entorno que generará el ambiente para lograr lo deseado; estos elementos suelen ser sinónimo de confort y tranquilidad.

Cuando se toca a otra persona, se le transmiten sensaciones del plano físico: temperatura, presión, dirección, profundidad, pero también se transmite lo que se siente a nivel emocional: tranquilidad o nerviosismo, seguridad o duda, empatía o desgano, deseo o incomodidad, amor o mentira. Es el masaje una oportunidad para ser sincero; mientras se toca al otro debe pensarse decididamente en lo que esta persona me inspira, en lo que me hace sentir, en lo que deseo que sienta cuando le toco. Por ello, antes de tocar a una persona, tenga claro qué siente por ella.

Luego viene la caricia, el más delicioso masaje: suave, cálida, nos deja reconocer cada lugar que deseamos, podemos quedarnos en un sitio eternamente, o recorrer a modo de excursión todo el paisaje de su cuerpo, mirar con las manos, sentir con la piel, rozar lo deseado, hacerle esperar, parar, continuar…

En el masaje erótico debemos tener en cuenta las zonas erógenas, cada quien tiene las suyas. Hay quienes somos una zona erógena en sí. Qué rico investigar qué lugares son más sensibles o cuáles son los que más le gusta que le toquen: a veces acariciar, a veces apretar, a veces presionar, otras moverse en sentido circular mientras se presiona. No se enfoque en los genitales, hay mucho más para estimular, hay mucho más para explorar, hay mucho más para tocar y ver qué pasa…

No se limite a usar las manos, recuerde que masaje no viene de acción con las manos, use otras partes de su cuerpo, roce, presione, haga fricciones, apriete, atrape, libere, use otros elementos que no sean su cuerpo, con diferentes texturas, temperaturas, pesos, formas, use cosas que calienten, que enfríen, que suenen, que huelan, que vibren…

Está el masaje profundo que son las técnicas de manipulación y estímulo de los órganos sexuales. Hay innumerables posibilidades, velocidades, direcciones, intensidades; aprenda muchas, practique todas, busque las que más les guste.

Está el masaje tántrico, el yoga de la sexualidad, nada que ver con tirar y ya, es la máxima consciencia de cada estímulo, de cada reacción, el control absoluto de la energía vital, no es muchas poses y ya, es conocerse primero y luego conocer al otro y luego conocerse en el otro y conocer qué son los dos cuando son uno solo.

La sexualidad es mucho más que sexo, el sexo es mucho más que tirar, la penetración es una de las mil cosas que se pueden hacer mientras se hace el amor; el orgasmo, empieza a lograrse mucho antes de tocarse, a veces días antes, con lo que se habla, con lo que siente, con lo que haces que la hace sonreír, con lo que ella hace y te llena de felicidad.

El masaje más sencillo es el abrazo; abraza a quien conozcas, a quien no, siente al otro, hazle sentir lo que sientes, déjale entender lo que piensas, hazle ver que estás ahí, que estás con él, que lo quieres al lado tuyo, que no se vaya, abrázalo.

Gracias por leerme, un largo abrazo…

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